miércoles, 9 de febrero de 2011

¿Por qué es importante las acciones de Tutoría y Orientación en las instituciones educativas?

Por: Hernan Lauracio Ticona

Desde las últimas décadas del siglo pasado, en la sociedad global se viene experimentando cambios acelerados; y, los resultados del avance de la ciencia y tecnología es cada vez más asombroso. En el plano social, se observa nuevas formas de re-configuración organizacional de los colectivos humanos y una creciente movilización de las personas. Junto a este fenómeno se presenta diversos tipos de problemas sociales (alcoholismo, drogadicción, violencia, asesinato, adicciones electrónicas, etc.) que cada día va en incremento, y que definitivamente afectan la vida de las persona. En estas situaciones, por una parte, las instituciones educativas no están exentas de la indicadas transformaciones y alteraciones. Por otra parte, la realidad exige que las instituciones educativas se concentren en proporcionar a los estudiantes conocimientos esenciales y lograr altas calificaciones; ya que, el conocimiento tiene el valor social más alto y la calificación es el requisito fundamental para obtener un empleo. Estas exigencias requieren nuevas capacidades institucionales; una de esas nuevas capacidades que las instituciones educativas deberán o tienen que desarrollar de inmediato son las relacionadas a orientación y tutoría.
Se sabe que muchas instituciones educativas guiándose por los paradigmas contemporáneos hacen el esfuerzo de diseñar y desarrollar planes de estudios (currículos) en respuesta a las necesidades y características particulares de los estudiantes y del entorno institucional. Se indica generalmente que el objetivo es la formación integral de los estudiantes. Sin embargo, en la práctica pedagógica dicho objetivo se restringe casi exclusivamente al desarrollo de competencias y capacidades; que implica el aprendizaje (por no decir transmisión) de conocimientos científicos. De esta manera, la supuesta formación integral de los estudiantes se restringe al desarrollo de algunas competencias y capacidades cognoscitivas, dejando de la lado las otras dimensiones humanas.
Ahora, a fin de encarar las exigencias globales y las alteraciones humanas, es necesario que las instituciones educativas refuercen los aprendizajes de valores, actitudes y comportamientos (y no seguir privilegiando las habilidades especificas cognitivas); también es necesario que incida en el desarrollo de las capacidades para: resolver problemas, trabajar en equipo, interrelacionarse con otras personas, adaptarse en otros ambientes, integrarse en otros grupos; y otras capacidades requeridas para afrontar los cambios y los problemas emergentes e imprevistos. Asimismo, es importante que las instituciones educativas afiancen las acciones de motivación para mejorar el desempeño académico, personal, social; para que los estudiantes sean responsable de su propio aprendizaje y también se sus similares; y para transformar el tradicional círculo vicioso de la relación entre el estudiante con la escuela, en un círculo virtuoso de aprovechamiento de oportunidades. Esto significa el afianzamiento de las actividades de orientación y tutoría. Entonces, cabe las preguntas: ¿qué es la orientación y la tutoría? ¿existe diferencia entre estos concepto?.
Según los estudiosos la orientación y tutoría son dos conceptos interrelacionados que en muchos aspectos se confunden. Para facilitar la diferenciación conceptual y operativa sugieren considerar la orientación en un sentido amplio y globalizador. Desde esta perspectiva, se puede entender la orientación como un proceso de ayuda continuo y sistemático, dirigido a todas las personas, en todos sus aspectos, poniendo un énfasis especial en la prevención y el desarrollo humano (Álvarez y Bisquerra, 1996; Bisquerra, 1998). En términos operativos, la orientación es una función que excede a una persona; en una institución educativa, están implicados todo los actores: directivos; docentes, tutores, asesores, equipos sectoriales, padres de familia, etc.
Mientras que la tutoría es definida como la orientación que se imparte desde la acción tutorial; es decir, la tutoría es entendida como un subconjunto de la orientación. También se dice que la tutoría es el proceso auxiliar de la orientación educativa y ocupacional que retoma los aspectos relacionados al currículo; y, busca formar a los profesores y alumnos con cierto potencial y con un perfil especial, con el objetivo de apoyar a los estudiantes que presenten problemas de diversa naturaleza, siempre y cuando se relacionen con su rendimiento y adaptación al ambiente y ritmo de aprendizaje (Fernández, 1999). Según, el Ministerio de Educación del Perú (2010 4-5) la tutoría es “la modalidad de la orientación, inherente al currículo, que se encarga del acompañamiento socio-afectivo y cognitivo de los estudiantes dentro de un marco formativo y preventivo, desde la perspectiva del desarrollo humano”. En este entendido, “El cargo de tutor implica que el profesor designado para ello se haga cargo del acompañamiento y orientación de un grupo – clase, con el qué realizará  sesiones de tutoría grupal ( la hora de tutoría), brindará apoyo individual a los estudiantes y mantendrá contacto con sus padres. De este modo, la tutoría asegura que, además de apoyo y orientación que todos los profesores brindan en clase y fuera de ella, los estudiantes cuenten con una persona (el tutor) y un espacio (la hora de tutoría) especialmente dedicados a su orientación y acompañamiento. La labor de orientación realizada por los profesores, tutores y no tutores, al sumarse, contribuyen al desarrollo pleno de los estudiantes de manera más efectiva”. En síntesis, se podría señalar que la tutoría es el despliegue de todos los medios y posibilidades dirigidos a la ayuda de un estudiante; así, la tutoría, al hacer constantes referencias al desarrollo de los alumnos como personas y no como un número más de la matricula escolar, debe ser concebida como una actividad formal complementaria o auxiliar en el proceso de la orientación, y no como una actividad que venga a sustituir a ésta última.
Finalmente, se puede advertir que ni la tutoría ni la orientación educativa son las únicas respuestas a los problemas que se presentan en las instituciones educativas, que son muy complejos y algunas veces politizados e influido por tendencias de planificación a corto plazo y con una orientación hacia el eficientismo, el pragmatismo y una competitividad feroz entre las instituciones. Sin embargo, la concepción actual de una educación basada en las competencias y capacidades se ha constituido en un fenómeno casi global y es difícil aislase y en cierta medida resulta indispensable incluirlas en los currículos, pero tampoco podemos descuidar la esencia de la escuela de formar seres humanos integrales.

Bibliografía

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D´ Angelo, O. 2001. Sociedad y Educación para el desarrollo humano. La Habana. Cuba: Publicaciones Acuario.
Hurrutinier Silva. Pedro.2006. El modelo de formación. La Universidad Cubana. Editorial Pueblo y Educación.
Ministerio de Educación del Perú. 2010.  Marco conceptual de la Tutoría y Orientación Educacional en la EBR. Documento de trabajo.
Rubén González Ceballos & Alejandra Romo López. 2006. Detrás del acompañamiento. ¿Una nueva cultura docente?. Editorial Universidad de Colima.
Rodríguez. 1995. Orientación Educativa y Psicopedagógica. Barcelona: CEAC.