lunes, 20 de diciembre de 2010

“PROMEDIO DOCE EN PEDAGOGÍA GENERAL”: ¿Descalificado para ejercer el arte de enseñar?


Por: Hernan Lauracio Ticona

El título del presente brevísimo ensayo surge de una experiencia personal vivida durante el desarrollo de actividades académicas en la renombrada y prestigiosa Universidad Nacional Mayor de San Marcos - Lima, concretamente en el Programa de Complementación Pedagógica. Pero, también hace alusión a la frecuentemente versada frase: “Nota catorce”; ésta, como sabemos, no es más que un sumario de "Ley de Carrera Pública Magisterial", política promovida e implementada por el actual gobierno del Perú. Considerando dichos episodios, en esta ocasión a fin de problematizar los procesos reales de formación (continua y permanente) en las entidades escolarizadas, y reflexionar sobre la viabilidad de los nuevos paradigmas educativos, describo resumidamente un pasaje de la cotidianidad académica, y seguidamente apunto algunas sugerencias generales a tener en cuenta en las evaluaciones de los aprendizajes de los estudiantes.
Sabemos que ciertos sucesos de los espacios escolarizados quedan grabados en la memoria de los actores, y luego pasan a formar parte de la historia de vida de esas personas. Las aspiraciones, esperanzas, ilusiones, méritos, satisfacciones y frustraciones están también presentes en ese periodo vivencial. Aquí relato un hecho que recientemente la viví en un espacio de formación continua: … al inicio de la asignatura como cualquier otro aprendiz, el entusiasmo y la curiosidad embargaban mi subjetividad; aun más cuando esta vez se trataba de la materia de Pedagogía. Durante el desarrollo de las jornadas presté sigilosa atención a las disertaciones del docente y por supuesto que manera independiente dediqué algunas horas de estudio; sumergiéndome así en temas como: teorías y modelos de la pedagogía, pedagogía activa, escuela nueva, pedagogía crítica o liberadora, perspectiva cognoscitiva; y otras teorías desarrolladas por diferentes estudiosos. Después de la culminación de la asignatura y del ciclo; un día me aproximé ante la responsable de la administración del Programa para informarme sobre las calificaciones finales; en esta interacción comunicativa, una parte del mensaje me sorprendió, cuando escuché decir: “en Pedagogía General, su promedio es doce”. Mi inmediata respuesta casi inconsciente fue: ¿Doce, por qué?si estudié los textos exhaustivamente y con dedicación, cumplí las tareas exigidas... Esta y otras ideas en ese momento seguían fluyendo por mi mente; minutos más tarde, mientras me retiraba del lugar, como a modo de cerrar ese episodio sorpresivo, parafraseé lo siguiente: “sí en la asignatura de pedagogía alcancé promedio doce; entonces, estoy descalificado parecer ejercer el arte de enseñar”. Relacionándolo de esa manera con la “Nota catorce". Presumí también que el anhelo se ser “maestro – docente – profesor” se me alejaba, porque supuestamente la calificación obtenida demostrsría que no había logrado los aprendizajes básicos necesarios para desempeñarme como tal.
Con esa brevísima descripción etnográfica trato de evidenciar las consecuencias y limitaciones de la evaluación de los aprendizajes. Ahora, puedo aseverar que las evaluaciones tradicionales (mejor dicho los exámenes frecuentamente aplicas en las instituciones educativas) son altamente subjetivas, parcializadas y mecanicistas. Generalmente se restringen a medir – valorar cuantitativamente la apropiación (tal vez sea únicamente la memorización) de los conocimientos teóricos y no así la integralidad de los aprendizaje (ver resultados de la IV Evaluación Nacional del Rendimiento Nacional 2004. MED-UMC. Lima, 2005). Dicho en otras palabras, las supuestas evaluaciones que actualmente se implementan en los centros de estudio se delimitan únicamente a valorar numéricamente una parte de los aprendizajes, y se ignora la valoración de otros componentes del aprendizaje; recordemos que los sujetos presentamos múltiples facetas y dimensiones (tanto objetivas como subjetivas).

Por ello, en el quehacer educativo escolarizado es conveniente tener en cuenta las diferentes perspectivas (principalmente las cualitativas) y los modos o tipos de evaluaciones, no sólo en un plano discursivo sino ejercitarla como una praxis cotidiana (Freire, 1997). Sabemos que desde las perspectivas pedagógicas contemporáneas se plantean diversos procedimientos, técnicas e instrumentos para una evaluación integral de los proceso de formación. Entre los frecuentemente mencionados tenemos: evaluación diagnóstica, evaluación de proceso, evaluación final (estos considerando la temporalidad); además, se tiene también: la auto-evaluación, co-evaluación y hetero-evaluación (vistos desde los actores del proceso) (Braslasky, 2004;  Casassus 2000; Quesada, 2006 y 1988).
Finalmente, para que la evaluación de los aprendizajes sea más objetivamente posible, es definitivamente imprescindible el uso de diferentes métodos e instrumentos formulados o elaborados desde una perspectiva pluridimensional, además la realidad y la particularidad de los estudiantes. En efecto, el proceso y los resultados permitirá al docente aproximarse más a los proceso de desarrollo de la competencias o capacidades de los estudiantes. O sea, a partir de las evaluaciones el docente poseerá mayores conocimientos sobre sus estudiantes; y cumplirá su rol de mediador entre el mundo ideal (conocimientos teóricos) y el mundo real (competencias destrezas, habilidades) de los estudiantes (Román, 2004). Asimismo, las valoraciones que realice el docente sobre los aprendizajes de los estudiantes se transformará en motivaciones para dichos actores, así se evitará las frustraciones y desilusiones; también permitirá innovar nuevas estrategias de enseñanza – aprendizaje mediante como un proceso dialectico. Dicha práctica evaluativa fundamentalmente contribuirá al aprendizaje de los estudiantes; de esa manera se formarán los nuevos sujetos capaces de afrontar los desafío personales y colectivos, ya sea en la aldea local o global. En mi experiencia particular el “promedio doce” me permitió seguir cultivando el pensamiento crítico y asimismo afianzar el rol de educador.   
BIBLIOGRAFÍA

Braslasky Cecilia
2004. Conducción educativa y calidad de la enseñanza media. Buenos Aires: FLACSO/Miño y Dávila Editores.

Casassus Juan
2000. Problemas de la gestión educativa en América Latina (Las tensiones entre los paradigmas de tipo A y el tipo B). Santiago de Chile: UNESCO - OREALC.

Freire Paulo.
1997. Pedagogía de la autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. México: Siglo veintiuno editores. s.a. de c.v.

Quesada Castillo, Rocío
2006. Evaluación del aprendizaje en la educación a distancia “en línea”. RED – Revista de Educación a Distancia, septiembre, año/vol. V. número monográfico OVI. Universidad Murcia. España.
1988. “Conceptos básicos de la evaluación del aprendizaje”. En: Revista Perfiles Educativos. N° 41-42.  México: Universidad Nacional Autónoma de México – Centro de investigación y servicios educativos (pp. 48-52)

Román Pérez, Martiniano
2004. Sociedad del conocimiento y refundación de la escuela desde el aula. Lima: Ediciones Libro Amigo.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Enseñanza, entrenamiento y adoctrinamiento

Enseñanza, entrenamiento y adoctrinamiento


Por: Hernan Lauracio Ticona

1. Breve introducción

Enseñanza, entrenamiento y adoctrinamientos son categorías frecuentemente abordados por investigadores y especialistas en la ciencia de la educación - pedagogía; pero también de otras disciplinas de las ciencias sociales como psicología, sociología, antropología, lingüística u otras. Ya que, la educación como un proceso y hecho social presenta diversas dimensiones y facetas como la propia vida de los sujetos. Esto hace que el quehacer educativo sea estudiado desde las diferentes perspectivas y disciplinas científicas, así se originaron y se originan las diversas teorías pedagógicas, y que las mismas permiten el mejoramiento de la praxis educativa.
Siguiendo esa perspectiva, en esta ocasión queremos reflexionar y deslindar las tres categorías arriba mencionados. Primeramente trataremos de analizar y deslindar las nociones de enseñanza y educación. Seguidamente, trataremos de escudriñar muy sucintamente lo que se entiende por entrenamiento y adoctrinamiento. Y a modo de cerrar estos apuntes plantearemos algunas inquietudes a fin de seguir reflexionando sobre la practica educativa en nuestro contexto.

2. Enseñanza y educación

En principio debemos señalar que la definición de educación conlleva al análisis del aprendizaje-enseñanza y el conocimiento dado que en algún punto del desarrollo del individuo convergen y son interdependientes. De aquí que, es fundamental analizar los conceptos por separado para comprender cada uno de ellos.
Según Palacios (1997), el aprendizaje es obtención de información de diversas fuentes, cuyo objetivo es el conocimiento, el cual puede ser utilizado a futuro y que se debe basar en un pensamiento critico, que permite la obtención de habilidades para la solución de problemas a través de situaciones en un mundo real. Asimismo, el aprendizaje se produce como resultado de una experiencia, entendiendo a esta como un proceso de interacción entre el individuo y su ambiente, y que se traduce en conocimientos, actitudes y destrezas que el individuo adquiere a lo largo de su vida, de tal modo que el aprendizaje conduce a la ganancia de experiencia y condiciona que el sujeto afronte las situaciones posteriores de un modo distinto a como lo hizo anteriormente modificando y mejorando su entorno.
En lo referente la enseñanza tradicionalmente se entiende que este es el proceso mediante el cual se comunican o transmiten conocimientos especiales o generales sobre una materia. Este concepto es más restringido que el de educación, ya que ésta tiene por objeto la formación integral de la persona humana, mientras que la enseñanza se limita a transmitir, por medios diversos, determinados conocimientos. En este sentido la educación comprende la enseñanza propiamente dicha. Los métodos de enseñanza descansan sobre las teorías del proceso de aprendizaje y una de las grandes tareas de la pedagogía moderna a sido estudiar de manera experimental la eficacia de dichos métodos, al mismo tiempo que intenta su formulación teórica.
En este campo sobresale la teoría psicológica: la base fundamental de todo proceso de enseñanza-aprendizaje se halla representada por un reflejo condicionado, es decir, por la relación asociada que existe entre la respuesta y el estímulo que la provoca. El sujeto que enseña es el encargado de provocar dicho estímulo, con el fin de obtener la respuesta en el individuo que aprende. Esta teoría da lugar a la formulación del principio de la motivación, principio básico de todo proceso de enseñanza que consiste en estimular a un sujeto para que éste ponga en actividad sus facultades, el estudio de la motivación comprende el de los factores orgánicos de toda conducta, así como el de las condiciones que lo determinan. De aquí la importancia que en la enseñanza tiene el incentivo, no tangible, sino de acción, destinado a producir, mediante un estímulo en el sujeto que aprende ( Arredondo, 1989 ).
En cuanto al conocimiento se puede resumir que éste es forma parte inseparable del aprendizaje-enseñanza, y donde se contempla en todo su contexto un conjunto de situaciones como: actitud, destreza, memorización, hipótesis, procesamiento de información, etc. y que conducen al desarrollo de habilidades o a la toma final de decisiones basado en un juicio previo (Gómez y Ramírez 2008).
Para Freire (1997) enseñar nos es transferir conocimientos, contenidos, ni formar a los sujetos. Enseñar es la acción por la cual un sujeto creador da forma, estilo o alma a un cuerpo indeciso y adaptado. Esta concepción la resume con las siguientes frases: “quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender. Quien enseña enseñar alguna a alguien”. Afirma también, enseñar no existe sin aprender y viceversa, los humanos aprendemos social e históricamente y así aprendimos a enseñar. En el proceso histórico enseñar precedió a enseñar; en otras palabras, enseñar se diluía en la experiencia realmente fundadora de aprender.  
Algunos autores coinciden al definir la educación como un conjunto de normas desarrolladas a través del aprendizaje y el conocimiento desarrollado a lo largo de la vida y que nos permiten interactuar en forma ordenada con la sociedad. Puesto que consiste, esencialmente, en elevarnos de un estado dado a otro mejor, en convertir la realidad del educando en general en un ideal.
Por nuestra parte podemos escribir que la educación es un proceso de socialización de las estructuras construidas en una determinada sociedad. Estas estructuras se socializan de manera conciente o inconsciente mediante el lenguaje y las prácticas o actos cotidianos, ya sea dentro del sistema escolar o en otros ámbitos como la familia, la comunidad o ayllu, el pueblo, etc. Pues, no existe una sociedad sin educación ni una educación sin sociedad; la educación aparece juntamente con la aparición del ser humano y se moldea de acuerdo al contexto cultural de cada colectividad humana. En esta perspectiva, no existe una sola educación homogénea y universal, sino varia de cultura en cultura. De ahí que, lo que para una cultura ciertas prácticas pueden ser racionales y otras no, pero esas mismas prácticas consideradas no racionales para otra cultura puede ser racional. Por lo tanto, no cabe hablar de educados y no educados, culturas superiores y culturas inferiores; cada una tiene sus particularidades. 

3. Entrenamiento y Adoctrinamiento

En la literatura tradicional se indica que el entrenamiento está directamente relacionado con la enseñanza, el adoctrinamiento y la educación. Por lo tanto, el entrenamiento puede que sea educativo, pero siempre y cuando sea planificado por el ser humano. Mediante este proceso también se proporcionan diferentes habilidades, dependiendo de qué o para qué sea el entrenamiento; por ejemplo, si es para un gerente de relaciones industriales, es indispensable que éste esté entrenado en como tratar a la gente, como motivarla, ayudarla, mantener una armonía en sus áreas de trabajo y sobre todo que estén a gusto con lo que hacen. Si es un director de escuela, debe estar entrenado y capacitado para atender a los padres de familia, alumnos y maestros, y saber como resolver los diversos problemas que se presenten, algo que en muchas escuelas no se da. No cabe la menor duda que entrenar es para la adquisición de habilidades, destrezas y capacidades.
En ese entendido, en el entrenamiento preparar e instruir, enseñar y aprender, son palabras que se utilizan en otros términos de la educación. Por ejemplo, cuando se va a capacitar para alguna competencia, un nuevo empleo, una actividad en especial, diferente a las comunes que se realizan, un nuevo rango dentro de su mismo empleo, para aprender el uso de una nueva maquinaria, a esto se dan cursos de entrenamiento; nuevas técnicas, mejores propuestas, mejores estrategias, etc. Con los cursos de entrenamiento se da la oportunidad de demostrar las capacidades de cada persona y así mismo se puede decidir que espacios ocuparán cada una de ellas de acuerdo a su capacidad demostrada en el entrenamiento; es por ello que la relación entre enseñanza y entrenamiento es directa.
Algunos autores identifican diferentes tipos de entrenamiento de acuerdo a la finalidad que se tenga. Entre los más populares y conocidos por todos, nos encontramos con el entrenamiento físico que es aquel que se practica recurrentemente con el objetivo de lograr una adecuada resistencia física, ya sea para lograr un buen estado físico y por consiguiente de salud, o el entrenamiento del personal que tiene lugar en algunas empresas para preparar a los futuros ocupantes de un determinado cargo dentro de la organización y que por su especificidad requiere de una aclimatación previa o bien, también es común que algunas empresas que por ejemplo se dedican a la tecnología, algo que siempre es sabido está en un constante cambio, usen el entrenamiento como un recurso para mantener siempre al tanto de las novedades y cambios a sus empleados, aún aquellos que hace tiempo se desempeñan en la misma.
Se entiende que el adoctrinamiento es el proceso de inculcación de ideas, actitudes, estrategias cognoscitivas o metodología. Es a menudo diferenciado de educación por el hecho de que se espera que la persona adoctrinada no pregunte o examine críticamente sobre lo aprendido. La instrucción es el principio de base de la ciencia. El adoctrinamiento, pues se refiere a una amplia gama de diversas actividades, y encontrar una sola definición es problemático. En los campos de psicología, sociología y la investigación educativa, términos más exactos se prefiere a menudo, relacionarlo con la socialización, propaganda, manipulación, y al labor del cerebro.
En educación, el adoctrinamiento (proceso indeseable) se distingue de la enseñanza (proceso aceptable), y el entrenamiento se refiere a la adquisición de habilidades, capacidades y conocimientos como resultado de la exposición a la enseñanza de algún tipo de oficio, carrera o para el desarrollo de alguna aptitud física o mental y que está orientada a reportarle algún beneficio o utilidad al individuo que se somete a tal o cual aprendizaje.

Referencia bibliográfica


Freire Paulo. 1997. Pedagogía de la autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. México: Siglo veintiuno editores. s.a. de c.v.

Posada, A, Gómez, J & Ramírez, H. 2008. Crianza humanizada: una estrategia para prevenir el maltrato infantil. México: Acta Pediátrica.  

Palacios Jesús. 1997. La cuestión escolar. Críticas y alternativas. México: Fontamaras. S.A.

Ana María Aguilar Rebolledo. 2009. Enseñanza y Educación. San Juan del Río. Disponible en: http://www.monografias.com/trabajos10/ened/ened.shtml