miércoles, 17 de noviembre de 2010

La política educativa peruana y el constructivismo

Por: Hernan Lauracio Ticona


En el presente trabajo intento aproximarme a la política educativa del Perú. Para lo cual, recurro a las principales normas vigentes que rigen la vida del Estado peruano; en ellas intento identificar las principales ideas que marcan o encauzan el funcionamiento del sistema educativo. Además de revisar las normas, reflexiono brevemente sobre el modelo educativo que se viene experimentando a partir de las políticas establecidas. Espero que esta somera reflexión contribuya a los actores eduvativos en su afianzamiento y profundización de la teoría y practica pedagógica.

a. La política educativa peruana - normatividad
La Constitución Política del Perú (1993), en su capítulo II – De los derechos sociales y económicos, artículo 13° - Derecho a la educación, reza que: “La educación tiene como finalidad el desarrollo integral de la persona humana. El Estado reconoce y garantiza la libertad de enseñanza. Los padres de familia tienen el deber de educar a sus hijos y el derecho de escoger los centros de educación y de participar en el proceso educativo”. En correspondencia a dicha concepción, el artículo 14 de la misma Ley complementa: “La educación promueve el conocimiento, el aprendizaje y la práctica de las humanidades, la ciencia, la técnica, las artes, la educación física y el deporte. Prepara para la vida y el trabajo y fomenta la solidaridad”. Y en artículo 16° añade que: “Tanto el sistema como el régimen educativo son descentralizados. El Estado coordina la política educativa. Formula los lineamientos generales de los planes de estudios así como los requisitos mínimos de la organización de los centros educativos. Supervisa su cumplimiento y la calidad de la educación….”.

Considerando los apartados transcritos en el párrafo precedente, se puede precisar que la educación peruana, en primer término, está orientada al desarrollo integral de las personas. Para ello, el Estado reconoce y garantiza la libertad de enseñanza; asimismo, establece los deberes y derechos de los padres con la educación de sus hijos; promueve un proceso de enseñanza y aprendizaje orientado al desarrollo de los conocimientos, la ciencia, la técnica, el arte y aspectos relacionados a las humanidades; y para la gestión de su sistema educativo adopta una modelo descentralizado. Éstas pueden considerarse como las primaras grandes políticas educativas que rigen el sistema educativo de nuestro país.   

Las afirmaciones anteriores, se detallan ampliamente en la Ley General de Educación N° 28044 (promulgado el 28 de julio del 2003); por ejemplo, el articulo 2° señala: “la educación es un proceso de aprendizaje y enseñanza que se desarrolla a lo largo de toda la vida y que contribuye a la formación integral de las personas, al pleno desarrollo de sus potencialidades, a la creación de cultura, y al desarrollo de la familia y de la comunidad nacional, latinoamericana y mundial.” En correspondencia a esta concepción, el artículo 9°, precisa: “Son fines de la educación peruana: a) Formar personas capaces de lograr su realización ética, intelectual, artística, cultural, afectiva, física, espiritual y religiosa, promoviendo la formación y consolidación de identidad y autoestima… b) Contribuir a formar una sociedad democrática, solidaria, justa, inclusiva, próspera, tolerante y forjadora de una cultura de paz que afirme la identidad nacional sustentada en la diversidad cultural, étnica y lingüística… “.

La misma Ley, en su artículo 34°, indica que “el currículo es valorativo en tanto responde al desarrollo armonioso e integral del estudiante y a crear actitudes positivas de convivencia social, democratización de la sociedad y ejercicio responsable de la ciudadanía. El currículo es significativo en tanto toma en cuenta las experiencias y conocimientos previos y necesidades de los estudiantes…”. Teniendo en cuenta esta últimas puntualizaciones y las anteriores podemos concluir que las políticas educativas de nuestro país se enmarcan claramente dentro de las teorías y los paradigmas contemporáneos. Visto desde el punto de vista de administrativa-institucional se puede decir que la educación adopta la perspectiva sistémica; y desde la mirada pedagógica es posible apreciar diversas perspectivas como el constructivismo o socio-cognitivismo, humanista, interculturalista y desarrollista.
b. Nuevos paradigmas educativos: constructivismo

En el Perú, desde la última década del siglo pasado, se busca transformar el sistema educativo de acuerdo a la realidad y los nuevos paradigmas educativos. En el campo pedagógico, en principio se hizo y se hace cuestionamientos a la teoría y práctica pedagógica tradicional – conductista. Sabemos que esta perspectiva se caracteriza por una forma de enseñanza instruccional (estímulo – respuesta), y la enseñanza consiste en proporcionar contenidos o información al alumno el cual tendrá que adquirir básicamente en el arreglo adecuado de las contingencias de reforzamiento. Además, la participación del alumno en los procesos de enseñanza-aprendizaje está condicionada por las características prefijadas del programa por donde tiene que transitar para aprender, es decir es un sujeto cuyo desempeño y aprendizaje escolar pueden ser arreglados desde el exterior (la situación instruccional, los métodos, los contenidos), siempre y cuando se realicen los ajustes ambientales y curriculares necesarios. En esta perspectiva el trabajo de los maestros consiste en diseñar una adecuada serie de arreglos contingenciales de reforzamiento para enseñar (c.f. Hernández 1993). En el marco de este enfoque, la función que cumple el maestro es de transmisor de conocimientos y los alumnos son considerados como simples receptores y depositarios de los conocimientos; por tanto, las acciones pedagógicas se desarrollan en esa relación asimétrica y contradictoria ‘educador – educando’.
Frente a esta situación educativa, en la implementación de las nuevas política educativa creció y acrecienta la idea de la teoría constructivista tanto en elaboración de los currículos como en la implementación de los mimos o en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Este enfoque, tal como se sabe, se apoya fundamentalmente de los aportes de Piaget (desde la psicología cognitiva) y Vigotsky (desde la psicología sociocultural). Según Piaget, el individuo es una construcción propia que se va produciendo como resultado de la interacción de sus disposiciones internas y su medio ambiente y su conocimiento no es una copia de la realidad, sino una construcción que hace la persona misma. Esta construcción resulta de la representación inicial de la información y de la actividad, externa o interna, que desarrollamos al respecto. Esto significa que el aprendizaje no es un asunto sencillo de transmisión, internalización y acumulación de conocimientos sino un proceso activo de parte del alumno en ensamblar, extender, restaurar e interpretar, y por lo tanto de construir conocimiento desde los recursos de la experiencia y la información que recibe. Ninguna experiencia declara su significancia tajantemente, sino la persona debe ensamblar, organizar y extrapolar los significados (c.f. Carretero, 1994).
Vigotsky (1979) enfatiza que el conocimiento es un producto de la interacción social y de la cultura. Los procesos psicológicos superiores (comunicación, lenguaje, razonamiento, etc.) se adquieren primero en un contexto social y luego se internalizan. En el desarrollo cultural del niño, toda función aparece dos veces: primero, a escala social, y más tarde, a escala individual; primero entre personas (interpsicológica), y después, en el interior del propio niño (intrapsicológica). Un proceso interpersonal queda transformado en otro intrapersonal. En el aprendizaje social los logros se construyen colectivamente en un sistema social, con la ayuda de herramientas culturales (p.e. computadoras) y el contexto social en la cual ocurre la actividad cognitiva es parte integral de la actividad, no simplemente un contexto que lo rodea. Además, uno de los conceptos esenciales de Vigotsky es el de la zona de desarrollo próximo. Esto no es otra cosa que la distancia entre el nivel real de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con un compañero más capaz.
Considerando el aporte de Piaget y Vigotsky, se puede decir que el constructivismo refiere a la construcción del conocimiento mediante un proceso de interacción interpersonal e intrapersonal en un contexto sociocultural. Por lo tanto, el aprendizaje es un proceso activo (individual y social) de construcción de conocimientos desde las experiencias dentro de un sistema social con el apoyo de instrumentos culturales. Respecto a los medios, se dice que los elementos curriculares influyen y condicionan la organización del proceso de instrucción, la relación profesor-alumno, la adecuación de espacios, la duración de las actividades, el sistema de control y el desempeño por parte del profesor de determinadas funciones didácticas y extradidácticas; los medios además de ser transmisores de información y sistemas simbólicos se contemplan atendiendo a todos los elementos del contexto, ya que pueden configurar nuevas relaciones entre profesores, alumnos y entorno (c.f. Cabero,1991).
Se define también que el currículo es contextualizado ya que considerara los elementos (incluido los medios) del contexto como instrumentos de pensamiento y cultura que adquieren su significado en el análisis y en la reflexión crítica conllevando a la transformación de las prácticas de  enseñanza y aprendizaje. Además, la dinámica social, la interacción con el mundo que le rodea y las relaciones interpersonales, permite a los actores la construcción del conocimiento y la conciencia a través de procesos dialécticos. En esta perspectiva, se valora la producción de materiales por los profesores y alumnos, a medida de sus circunstancias; se motiva a que los maestros y los estudiantes sean críticos, reflexivos y capaces de adaptarse a las circunstancias cambiantes y se conviertan en agentes activos e innovadores que reconstruyan el currículum en la práctica.
Antes de finalizar la presente breve descripción y reflexión sobre la política educativa peruana y la perspectiva constructiva, es importante también resaltar las características más sobresalientes de la perspectiva pedagógica constructivista; las que comunmente se mencionan son las siguientes:
·        El alumno es el responsable último de su propio proceso de aprendizaje.
·        El alumno construye el conocimiento por sí mismo y nadie puede sustituirle en esta tarea.
·        El alumno relaciona la información nueva con los conocimientos previos.
·        Establecer relaciones entre elementos potencia la construcción del conocimiento.
·        El alumno da un significado a las informaciones que recibe.
·        La actividad mental constructiva del alumno se aplica a contenidos que ya están elaborados; es decir, son el resultado de un proceso de construcción a nivel social.
·        Se necesita un apoyo.
·        El profesor debe ser un orientador que guía el aprendizaje del alumno.

Asimismo, algunos estudiosos de esta materia coinciden en señalar que desde la perspectiva constructivista se promueve los siguientes aprendizajes:

- Aprendizaje activo: el estudiante esta activamente comprometido; esto implica una activación y regulación de factores como la motivación, las creencias, el conocimiento previo, las estrategias... ; también requiere la formulación de metas, la organización del conocimiento, la utilización de estrategias y la comprensión significativa.
- Aprendizaje cognoscitivo: significa que el aprendizaje tiene como base el conocimiento previo y en el establecimiento de relaciones con este.
- Aprendizaje constructivo: lo aprendido se integra en redes de conceptos o esquemas.
- Aprendizaje como proceso significativo: el aprendizaje se logra al poner en relación el conocimiento que se va a aprender con el ya adquirido.
- Aprendizaje como proceso socialmente mediado: el proceso de aprendizaje debe ser facilitado por el input de profesores o compañeros; es en la ZDP (Zona de Desarrollo Próximo) donde se construye el aprendizaje.
- Aprendizaje como proceso auto - regulado: Los sujetos participan activamente tanto desde el punto de vista metacognitivo, como motivacional o conductual; se busca mejorar su autonomía; en este sentido la instrucción debe ser:
·        Instrucción constructivista: debe posibilitar la construcción de conocimientos; el conocimiento debe ser aplicable a la realidad.
·        Instrucción cognitiva: el aprendizaje debe partir de conocimientos previos.
·        Instrucción estratégica: se debe ofrecer la posibilidad de desarrollar habilidades generales que faciliten el aprendizaje, se debe transferir gradualmente la responsabilidad del aprendizaje.
·        Instrucción situada: el contexto o situación influye en los aprendizajes;  los conocimientos deben estar vinculados a los ambientes en los que se practican; esta práctica contextualizada es necesaria para unir esas estrategias y el conocimiento a su ambiente de uso.

c. Reflexiones finales

Considerando los apuntes anteriores se puede concluir que en el Perú, las actuales políticas educativas muestran una inclinación por los nuevos paradigmas educativos, como es el constructivismo; ésto deja entrever que en términos ideales se está avanzando, o por lo menos se hace el esfuerzo de idealizar la educación peruana de acuerdo a las transformaciones y las exigencias globales. Sin embrago, en términos reales, los hechos demuestran que dicha idealización expresada en políticas educativas (conjunto de leyes, decretos, directivas, otras) no son operativizadas; ya que son muchos los factores que inciden en la no puesta en práctica de los nuevos paradigmas educativos. Entre otros se puede subrayar formáción básica de los docentes; aquí persisten las estrategías metodológicas tradicionale (docente transmisor de conocimientos y estudiante receptor del conocimiento); por supuesto esta tradición, en muchos casos, posteriormente es repetida en las instituciones o escuelas donde se forman los nuevos ciudadanos y profesionales.

También se puede señalar que la práctica educativa actual sigue siendo enmarcándose en aquella educación tradicional; en consecuencia, se ignora la riqueza física, estética, característica del niño, la psicología del desarrollo, también no se establece nexos entre la motivación y el aprendizaje, sigue siendo magistrocéntrica. Frente a este modelo educativo asentado en una estructura piramidal, fundamentado por el formalismo y la memorización, en el dialectismo y competencia, en el autoritarismo y disciplina; se requiere una transformación donde se enfatice el desarrollo del pensamiento crítico; lo que implica el desarrollo de la significación, centrarse en los intereses espontáneos de los niños, potenciar su actividad, libertad y autonomía, en lugar de métodos pasivos usar métodos activos como el aprendizaje cooperativo, el aprendizaje significativo y promover los grupos de aprendizaje y los grupos de interaprendizaje (Cf. Palacios 1997).
En la educación clásica tradicional, tal como se indicó, desconocemos al niño, su naturaleza, características y necesidades; por lo tanto, nos  equivocamos, en por lo menos, en dos cosas: la primera se refiere a los conocimientos de los niños, a quién se le atribuyen conocimientos que no posee y se razona o discute con él sobre cosas que no está capacitado para comprender e incluso con razonamientos incomprensibles del hombre y que, por lo tanto, se desarrolla tardíamente, es utilizada en las escuelas para hacer evolucionar esas facultades anteriores a ella. La segunda, se refiere al significado e intensionalidad del aprendizaje. El adulto se engaña cuando pretende que el niño preste atención a consideraciones para él indiferentes: el interés por el futuro, la felicidad de que de disfrutará cuando sea mayor o la estima social de que gozará al ser hombre; nada  de esto tiene significado para el niño y como él no es capaz de previsión no le queda otra alternativa que someterse al yugo sin estar seguro de que tantos sufrimientos vayan a tener alguna utilidad. La edad de la alegría de pasa entre llantos, castigos, amenazas y esclavitudes (Cf. Palacios 1997).
 Finalmente, es necesario recuperar los planteamiento de Freire (1970), quién calificó a la educación tradicional como bancaria y planteó que la educación debe ser liberadora. Ello, debemos comenzar con la superación de esa contradicción educador – educando. Eso se funda en la conciliación de los polos, de tal manera que ambos seamos simultáneamente educadores y educandos. De este modo, el educador ya no es sólo el que educa sino aquel que, en tanto educa es educando a través del diálogo con el educando, quien al ser educado también educa. Además, en una educación innovadora y nueva no se puede seguir considerando a los niños como seres “vacíos” a quienes el mundo y los adultos llenarlos con contenidos; la educación ya no debe ser acto de depositar, de narrar, de transferir o de transmitir conocimientos y valores a los educandos, sino ser un acto cognoscente, es decir, debe ser mediatizador entre el educador y educando considerando como sujetos cognoscentes, es decir, como personas que descubren y conocen su entorno y el mundo. 

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