miércoles, 17 de noviembre de 2010

Monitoreo y evaluación educativa

Por: Hernan Lauracio Ticona


En las teorías de la gestión de los sistemas organizacionales e institucionales de las últimas décadas, el monitoreo y la evaluación toman relevancia y se constituyen en un componente esencial en el proceso de gestión integral de una organización o institución social (SIEMPRO –  UNESCO 1999).
En esa perspectiva, el monitoreo y la evaluación son concebidos como procedimientos que consisten en el seguimiento a la ejecución de las actividades u otras formas organizadas de intervención.
En resumidas palabras, el monitoreo es definido como un procedimiento “mediante el cual verificamos la eficiencia y eficacia de la ejecución de un proyecto [o de programa] mediante la identificación de sus logros y debilidades y en consecuencia, recomendamos medidas correctivas para optimizar los resultados esperados” (Catterton Ana, et al. 1997: 25). Se puede decir también que el monitoreo es el proceso de recojo de información rutinariamente sobre todos los aspectos y acontecimientos suscitados en el marco de la concretización de un ideal (expresado en forma de programa, proyecto, plan u otro) y esta es usada en la toma de decisiones del mismo. El monitoreo es una herramienta de administración básica y vital que provee a los miembros y a otros involucrados información que es esencial para el diseño, implementación, administración, y evaluación de las actividades. Finalmente, para cumplir la función de monitoreo, el plan debe incluir sistemas para la recolección de datos e información sobre actividades claves, así como sistemas para sintetizar, analizar, y usar la información para tomar decisiones e iniciar acciones. La información del monitoreo puede ayudar a demostrar estrategias innovadoras y eficaces para generar apoyo financiero y político para las actividades mejorar la imagen de la institución u organización (Casassus 2000).
Por su parte la evaluación implica la aplicación de métodos rigurosos para determinar “el progreso de un proyecto [o de un programa] en el proceso de alcanzar su objetivo durante su ejecución, o bien para determinar si logró y cómo logró, o no, dicho objetivo” (Catterton Ana, et al. 1997: 10). Se indica también que la evaluación es el “proceso mediante el cual se emite un juicio de valor acerca del atributo en consideración” o es el proceso donde se recaba información pertinente para tomar decisiones (Quesada 1988:48). En este entendido, en el proceso de evaluación se puede combinar diferentes tipos de informaciones con los criterios y puntos de vista de las personas participantes en el campo de intervención. En síntesis, la evaluación es un proceso que comprende el seguimiento a la concreción de las actividades; la identificación de los avances, logros y limitaciones; y la toma de decisiones oportunas utilizando instrumentos y cruzando informaciones recogidas. En este sentido, la evaluación se aplica y se materializa en los diversos campos, como: administrativo, económico, educativo, social, cultural, psicológico, político, religioso, otros.
Ahora, en el campo educativo, la evaluación se constituye en un componente fundamental del proceso de gestión del sistema educacional. Se anota que la evaluación es tan antigua como la misma educación; por naturaleza el “educador” permanentemente ha juzgado el valor, la pertinencia y los efectos del quehacer educativo. Pero, visto desde una perspectiva disciplinar, puede afirmarse que la evaluación educativa de carácter sistemático se “constituye como tal durante la primera mitad del siglo XX y evoluciona conceptualmente en los años sesenta y setenta con las críticas y proposiciones de diversos especialistas, quienes sientan sus principios y fundamentos” (Quesada 2006: 2).
La estudiosa citada complementa que a principios del siglo XXI, la evaluación educativa es concebido como un “proceso sistemático que permite juzgar el mérito de una institución, de un programa o de un actor del proceso educativo, con la complejidad y el desafío permanente que significa transmutar lo subjetivo en proposiciones objetivas” (Ibid: 3). Por lo tanto, la evaluación educativa se instituye en un campo especializado cuya intervención sobre pasa los espacios tradicionales del aula. De ahí que, en la primera década de este nuevo milenio, la evaluación educativa se ha constituido en un campo teórico, metodológico y técnicamente complejo; inclusive se ha convertido en un asunto de los Estado nacionales, que pretenden materializar en políticas y estrategias orientadas al afianzamiento de la calidad educativa (Braslasky & Tiramonti 2004).
 Retomando la noción de evaluación educativa, se puede indicar que es un proceso que implica un análisis objetivo y sistemático del desempeño de las instituciones u órganos que componen el sistema educativo, y cualificar la eficiencia e impacto con relación a los objetivos de la institución u órgano. El propósito es recoger lecciones de las experiencias para mejorar la calidad de intervención y demostrar la capacidad de gestión del equipo que dirigen. La evaluación educativa, tal como se anotó en párrafo anterior, es la valoración en un período crítico, o un proceso para mirar impactos o logros. Tradicionalmente la evaluación educativa se conduce con frecuencia para satisfacer los requisitos externos o hacer un juicio sobre si un proyecto debe continuar recibiendo financiación. Pero debemos concebir la una evaluación  educativa como una herramienta para fortalecer el proceso de gestión educativa y empoderar a los actores de educativos o miembros de la comunidad educativa.
Aunque, Quesada (1988) advierte que el concepto de evaluación educativa es general que ocasiona ciertas confusiones. Para superar esta deficiencia es importante precisar los aspectos a evaluar como: instituciones, planes y programas de estudios, profesores, estudiantes, problemas políticos, clima institucional, académicos, administrativos, u otros. Para cada caso, son múltiples los atributos o elementos que se pueden considerar en una evaluación. Por ejemplo, en las instituciones se pueden evaluar desde sus instalaciones, hasta la eficiencia con la cual se ejerce el presupuesto y la calidad de los servicios que se ofrecen; en cuanto a los a los estudiantes, los procesos de aprendizaje, actitudes y comportamientos, manejo de las lengua o lenguas y otros.
En resumen, el monitoreo y la evaluación educativa son procedimientos orientados a controlar el logro de los objetivos. El monitoreo esta bajo la responsabilidad de un equipo específico, quienes realizan el seguimiento para el mejor cumplimiento de las acciones educativas. Y la evaluación educativa  es donde concretamente se examina los resultados y los objetivos alcanzados; a través de la evaluación educativa se constata los avances y también las limitaciones en la realización de las actividades pedagógicas, administrativas e institucionales, luego se toman las decisiones para mejorar la gestión de la institución; en otras palabras la evaluación educativa permite identificar las limitaciones o faltas y buscar alternativas o sugerencias para la mejora de la calidad educativa.



BIBLIOGRAFÍA

Braslasky Cecilia y Guillermina Tiramonti.
2004.              Conducción educativa y calidad de la enseñanza media. Buenos Aires: FLACSO/Miño y Dávila Editores.

Casassus Juan
2000               Problemas de la gestión educativa en América Latina (Las tensiones entre los paradigmas de tipo A y el tipo B). Santiago de Chile: UNESCO - OREALC.

Catterton Ana, Plinio Montalbán George, Rosales José Andres, et al.
1997.               Evaluación: Una herramienta de gestión para mejorar el desempeño de los proyectos. Washington: Oficina de Evaluación (EVO) Banco Interamericano de Desarrollo.

QUESADA CASTILLO, Rocío
2006               Evaluación del aprendizaje en la educación a distancia “en línea”. RED – Revista de Educación a Distancia, septiembre, año/vol. V. número monográfico OVI. Universidad Murcia. España.

1988                “Conceptos básicos de la evaluación del aprendizaje”. En: Revista Perfiles Educativos. N° 41-42.  México: Universidad Nacional Autónoma de México – Centro de investigación y servicios educativos (pp. 48-52)

SIEMPRO –  UNESCO.
1999.               Gestión integral de programas sociales orientada a resultados. Manual metodológico para la planificación y evaluación de programas sociales. Sao Paulo: SIEMPRO Sistema de información, Monitoreo y Evaluación de Programas Sociales, Banco Mundial, Secretaria de Desarrollo Social, UNESCO Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.


3 comentarios:

  1. muy interesante los conceptos de monitoreo y evaluación educativa lo que nos conlleva a a considerarlos en la gestión educativa.

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  2. muy interesante los conceptos de monitoreo y evaluación educativa lo que nos conlleva a a considerarlos en la gestión educativa.

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  3. Es una buena información y poder definir que es evaluación y que es monitoreo, debido que estamos confundidos a la mala explicación de los responsable,como también en su aplicación al campo educativo, felicitar por la página que tienen y así poder interesarse en seguir mejorando el desarrollo de la pedagogía EDGAR

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